Capítulo 10, versos 26-30
26
Pedro le levantó diciéndole: «Levántate, que también yo soy un hombre.»
27
Y conversando con él entró y encontró a muchos reunidos.
28
Y les dijo: «Vosotros sabéis que no le está permitido a un judío juntarse con un extranjero ni entrar en su casa
29
Por eso al ser llamado he venido sin dudar. Os pregunto, pues, por qué motivo me habéis enviado a llamar.»
30
Cornelio contestó: «Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo haciendo la oración de nona en mi casa, y de pronto se presentó delante de mí un varón con vestidos resplandecientes,