Capítulo 10, versos 4-11
4
El le miró fijamente y lleno de espanto dijo: «¿Qué pasa, señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios.
5
Ahora envía hombres a Joppe y haz venir a un tal Simón, a quien llaman Pedro.
6
Este se hospeda en casa de un tal Simón, curtidor, que tiene la casa junto al mar.»
7
Apenas se fue el ángel que le hablaba, llamó a dos criados y a un soldado piadoso, de entre sus asistentes,
8
les contó todo y los envió a Joppe.
9
Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, subió Pedro al terrado, sobre la hora sexta, para hacer oración.
10
Sintió hambre y quiso comer. Mientras se lo preparaban le sobrevino un éxtasis,
11
y vio los cielos abiertos y que bajaba hacia la tierra una cosa así como un gran lienzo, atado por las cuatro puntas.