Capítulo 12, verso 20 - Capítulo 13, verso 10
20
Estaba Herodes fuertemente irritado con los de Tiro y Sidón. Estos, de común acuerdo, se le presentaron y habiéndose ganado a Blasto, camarlengo del rey, solicitaban hacer las paces, pues su país se abastecía del país del rey.
21
El día señalado, Herodes, regiamente vestido y sentado en la tribuna, les arengaba.
22
Entonces el pueblo se puso a aclamarle: «¡Es un dios el que habla, no un hombre!»
23
Pero inmediatamente le hirió el Angel del Señor porque no había dado la gloria a Dios
24
Entretanto la Palabra de Dios crecía y se multiplicaba.
25
Bernabé y Saulo volvieron, una vez cumplido su ministerio en Jerusalén, trayéndose consigo a Juan, por sobrenombre Marcos.
Capítulo 13
1
Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros: Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio el cirenense, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo.
2
Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.»
3
Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron.
4
Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí navegaron hasta Chipre.
5
Llegados a Salamina anunciaban la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan que les ayudaba.
6
Habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, encontraron a un mago, un falso profeta judío, llamado Bar Jesús,
7
que estaba con el procónsul Sergio Paulo, hombre prudente. Este hizo llamar a Bernabé y Saulo, deseoso de escuchar la Palabra de Dios.
8
Pero se les oponía el mago Elimas -pues eso quiere decir su nombre- intentando apartar al procónsul de la fe.
9
Entonces Saulo, también llamado Pablo, lleno de Espíritu Santo, mirándole fijamente,
10
le dijo: «Tú, repleto de todo engaño y de toda maldad, hijo del Diablo, enemigo de toda justicia, ¿no acabarás ya de torcer los rectos caminos del Señor?