Hechos de los Apóstoles

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[...]   Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías.   [...]

Hechos de los Apóstoles: capítulo 1, verso 23

Capítulo 13, versos 21-45

21 Luego pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años.
22 Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien precisamente dio este testimonio: He encontrado a David, el hijo de Jesé, un hombre según mi corazón, que realizará todo lo que yo quiera.
23 De la descendencia de éste, Dios, según la Promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús.
24 Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel.
25 Al final de su carrera, Juan decía: "Yo no soy el que vosotros os pensáis, sino mirad que viene detrás de mí aquel a quien no soy digno de desatar las sandalias de los pies."
26 «Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros temen a Dios: a vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación.
27 Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado
28 y sin hallar en él ningún motivo de muerte pidieron a Pilato que le hiciera morir.
29 Y cuando hubieron cumplido todo lo que referente a él estaba escrito, le bajaron del madero, y le pusieron en el sepulcro.
30 Pero Dios le resucitó de entre los muertos.
31 El se apareció durante muchos días a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo.
32 «También nosotros os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres
33 Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús, como está escrito en los salmos: Hijo mío eres tú
34 Y que le resucitó de entre los muertos para nunca más volver a la corrupción, lo tiene declarado: Os daré las cosas santas de David, las verdaderas.
35 Por eso dice también en otro lugar: No permitirás que tu santo experimente la corrupción.
36 Ahora bien, David, después de haber servido en sus días a los designios de Dios, murió, se reunió con sus padres y experimentó la corrupción.
37 En cambio aquel a quien Dios resucitó, no experimentó la corrupción.
38 «Tened, pues, entendido, hermanos, que por medio de éste os es anunciado el perdón de los pecados
39 la obtiene por él todo el que cree.
40 Cuidad, pues, de que no sobrevenga lo que dijeron los Profetas:
41 Mirad, los que despreciáis, asombraos y desapareced, porque en vuestros días yo voy a realizar una obra, que no creeréis aunque os la cuenten.»
42 Al salir les rogaban que les hablasen sobre estas cosas el siguiente sábado.
43 Disuelta la reunión, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé
44 El sábado siguiente se congregó casi toda la ciudad para escuchar la Palabra de Dios.
45 Los judíos, al ver a la multitud, se llenaron de envidia y contradecían con blasfemias cuanto Pablo decía.