Capítulo 15, versos 30-33
30
Ellos, después de despedirse, bajaron a Antioquía, reunieron la asamblea y entregaron la carta.
31
La leyeron y se gozaron al recibir aquel aliento.
32
Judas y Silas, que eran también profetas, exhortaron con un largo discurso a los hermanos y les confortaron.
33
Pasado algún tiempo, fueron despedidos en paz por los hermanos para volver a los que los habían enviado.