Hechos de los Apóstoles

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[...]   Recorrió Siria y Cilicia consolidando las Iglesias.»   [...]

Hechos de los Apóstoles: capítulo 15, verso 41

Capítulo 16, verso 35 - Capítulo 17, verso 17

35 Llegado el día, los pretores enviaron a los lictores a decir al carcelero: «Pon en libertad a esos hombres.»
36 El carcelero transmitió estas palabras a Pablo: «Los pretores han enviado a decir que os suelte. Ahora, pues, salid y marchad.»
37 Pero Pablo les contestó: «Después de habernos azotado públicamente sin habernos juzgado, a pesar de ser nosotros ciudadanos romanos, nos echaron a la cárcel
38 Los lictores transmitieron estas palabras a los pretores. Les entró miedo al oír que eran romanos.
39 Vinieron y les rogaron que saliesen de la ciudad.
40 Al salir de la cárcel se fueron a casa de Lidia, volvieron a ver a los hermanos, los animaron y se marcharon.
Capítulo 17
1 Atravesando Anfípolis y Apolonia llegaron a Tesalónica, donde los judíos tenían una sinagoga.
2 Pablo, según su costumbre, se dirigió a ellos y durante tres sábados discutió con ellos basándose en las Escrituras,
3 explicándolas y probando que Cristo tenía que padecer y resucitar de entre los muertos y que «este Cristo es Jesús, a quien yo os anuncio».
4 Algunos de ellos se convencieron y se unieron a Pablo y Silas así como una gran multitud de los que adoraban a Dios y de griegos y no pocas de las mujeres principales.
5 Pero los judíos, llenos de envidia, reunieron a gente maleante de la calle, armaron tumultos y alborotaron la ciudad. Se presentaron en casa de Jasón buscándolos para llevarlos ante el pueblo.
6 Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos hermanos ante los magistrados de la ciudad gritando: «Esos que han revolucionado todo el mundo se han presentado también aquí,
7 y Jasón les ha hospedado. Además todos ellos van contra los decretos del César y afirman que hay otro rey, Jesús.»
8 Al oír esto, el pueblo y los magistrados de la ciudad se alborotaron.
9 Pero después de recibir una fianza de Jasón y de los demás, les dejaron ir.
10 Inmediatamente, por la noche, los hermanos enviaron hacia Berea a Pablo y Silas. Ellos, al llegar allí, se fueron a la sinagoga de los judíos.
11 Estos eran de un natural mejor que los de Tesalónica, y aceptaron la palabra de todo corazón. Diariamente examinaban las Escrituras para ver si las cosas eran así.
12 Creyeron, pues, muchos de ellos y, entre los griegos, mujeres distinguidas y no pocos hombres.
13 Pero cuando los judíos de Tesalónica se enteraron de que también en Berea había predicado Pablo la Palabra de Dios, fueron también allá, y agitaron y alborotaron a la gente.
14 Los hermanos entonces hicieron marchar a toda prisa a Pablo hasta el mar
15 Los que conducían a Pablo le llevaron hasta Atenas y se volvieron con una orden para Timoteo y Silas de que fueran donde él lo antes posible.
16 Mientras Pablo les esperaba en Atenas, estaba interiormente indignado al ver la ciudad llena de ídolos.
17 Discutía en la sinagoga con los judíos y con los que adoraban a Dios