Capítulo 18, versos 10-24
10
porque yo estoy contigo y nadie te pondrá la mano encima para hacerte mal, pues tengo yo un pueblo numeroso en esta ciudad.»
11
Y permaneció allí un año y seis meses, enseñando entre ellos la Palabra de Dios.
12
Siendo Galión procónsul de Acaya se echaron los judíos de común acuerdo sobre Pablo y le condujeron ante el tribunal
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diciendo: «Este persuade a la gente para que adore a Dios de una manera contraria a la Ley.»
14
Iba Pablo a abrir la boca cuando Galión dijo a los judíos: «Si se tratara de algún crimen o mala acción, yo os escucharía, judíos, con calma, como es razón.
15
Pero como se trata de discusiones sobre palabras y nombres y cosas de vuestra Ley, allá vosotros. Yo no quiero ser juez en estos asuntos.»
16
Y los echó del tribunal.
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Entonces todos ellos agarraron a Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y se pusieron a golpearlo ante el tribunal sin que a Galión le diera esto ningún cuidado.
18
Pablo se quedó allí todavía bastantes días
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Arribaron a Éfeso y allí se separó de ellos. Entró en la sinagoga y se puso a discutir con los judíos.
20
Le rogaron que se quedase allí más tiempo, pero no accedió,
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sino que se despidió diciéndoles: «Volveré a vosotros otra vez, si Dios quiere.» Y embarcándose marchó de Éfeso.
22
Desembarcó en Cesarea, subió a saludar a la Iglesia y después bajó a Antioquía.
23
Después de pasar allí algún tiempo marchó a recorrer una tras otra las regiones de Galacia y Frigia para fortalecer a todos los discípulos.
24
Un judío, llamado Apolo, originario de Alejandría, hombre elocuente, que dominaba las Escrituras, llegó a Éfeso.