Capítulo 18, versos 4-9
4
Cada sábado en la sinagoga discutía, y se esforzaba por convencer a judíos y griegos.
5
Cuando llegaron de Macedonia Silas y Timoteo, Pablo se dedicó enteramente a la Palabra, dando testimonio ante los judíos de que el Cristo era Jesús.
6
Como ellos se opusiesen y profiriesen blasfemias, sacudió sus vestidos y les dijo: «Vuestra sangre recaiga sobre vuestra cabeza
7
Entonces se retiró de allí y entró en casa de un tal Justo, que adoraba a Dios, cuya casa estaba contigua a la sinagoga.
8
Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa
9
El Señor dijo a Pablo durante la noche en una visión: «No tengas miedo, sigue hablando y no calles