Capítulo 19, versos 34-38
34
Pero al conocer que era judío, todos a una voz se pusieron a gritar durante casi dos horas: «¡Grande es la Artemisa de los efesios!»
35
Cuando el magistrado logró calmar a la gente, dijo: «Efesios, ¿quién hay que no sepa que la ciudad de los efesios es la guardiana del templo de la gran Artemisa y de su estatua caída del cielo?
36
Siendo, pues, esto indiscutible, conviene que os calméis y no hagáis nada inconsideradamente.
37
Habéis traído acá a estos hombres que no son sacrílegos ni blasfeman contra nuestra diosa.
38
Si Demetrio y los artífices que le acompañan tienen quejas contra alguno, audiencias y procónsules hay