Capítulo 20, versos 7-14
7
El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan, Pablo, que debía marchar al día siguiente, conversaba con ellos y alargó la charla hasta la media noche.
8
Había abundantes lámparas en la estancia superior donde estábamos reunidos.
9
Un joven, llamado Eutico, estaba sentado en el borde de la ventana
10
Bajó Pablo, se echó sobre él y tomándole en sus brazos dijo: «No os inquietéis, pues su alma está en él.»
11
Subió luego
12
Trajeron al muchacho vivo y se consolaron no poco.
13
Nosotros nos adelantamos a tomar la nave y partimos hacia Asso, donde habíamos de recoger a Pablo
14
Cuando nos alcanzó en Asso, le tomamos a bordo y llegamos a Mitilene.