Capítulo 21, versos 13-17
13
Entonces Pablo contestó: «¿Por qué habéis de llorar y destrozarme el corazón? Pues yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, sino a morir también en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.»
14
Como no se dejaba convencer, dejamos de insistir y dijimos: «Hágase la voluntad del Señor.»
15
Transcurridos estos días y hechos los preparativos de viaje, subimos a Jerusalén.
16
Venían con nosotros algunos discípulos de Cesarea, que nos llevaron a casa de cierto Mnasón, de Chipre, antiguo discípulo, donde nos habíamos de hospedar.
17
Llegados a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con alegría.