Capítulo 22, versos 4-22
4
Yo perseguí a muerte a este Camino, encadenando y arrojando a la cárcel a hombres y mujeres,
5
como puede atestiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos recibí también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de traer también encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran castigados.
6
«Pero yendo de camino, estando ya cerca de Damasco, hacia el mediodía, me envolvió de repente una gran luz venida del cielo
7
caí al suelo y oí una voz que me decía: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?"
8
Yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y él a mí: "Yo soy Jesús Nazoreo, a quien tú persigues."
9
Los que estaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
10
Yo dije: "¿Qué he de hacer, Señor?" Y el Señor me respondió: "Levántate y vete a Damasco
11
Como yo no veía, a causa del resplandor de aquella luz, conducido de la mano por mis compañeros llegué a Damasco.
12
«Un tal Ananías, hombre piadoso según la Ley, bien acreditado por todos los judíos que habitaban allí,
13
vino a verme, y presentándose ante mí me dijo: "Saúl, hermano, recobra la vista." Y en aquel momento le pude ver.
14
El me dijo: "El Dios de nuestros padres te ha destinado para que conozcas su voluntad, veas al Justo y escuches la voz de sus labios,
15
pues le has de ser testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído.
16
Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre."
17
«Habiendo vuelto a Jerusalén y estando en oración en el Templo, caí en éxtasis
18
y le vi a él que me decía: "Date prisa y marcha inmediatamente de Jerusalén, pues no recibirán tu testimonio acerca de mí."
19
Yo respondí: "Señor, ellos saben que yo andaba por las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en ti
20
y cuando se derramó la sangre de tu testigo Esteban, yo también me hallaba presente, y estaba de acuerdo con los que le mataban y guardaba sus vestidos."
21
Y me dijo: "Marcha, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles".»
22
Le estuvieron escuchando hasta estas palabras y entonces alzaron sus voces diciendo: «¡Quita a ése de la tierra!