Capítulo 23, verso 27 - Capítulo 24, verso 5
27
Este hombre había sido apresado por los judíos y estaban a punto de matarlo cuando, al saber que era romano, acudí yo con la tropa y le libré de sus manos.
28
Queriendo averiguar el crimen de que le acusaban, le bajé a su Sanedrín.
29
Y hallé que le acusaban sobre cuestiones de su Ley, pero que no tenía ningún cargo digno de muerte o de prisión.
30
Pero habiéndome llegado el aviso de que se preparaba una celada contra este hombre, al punto te lo he mandado y he informado además a sus acusadores que formulen sus quejas contra él ante ti.»
31
Los soldados, conforme a lo que se les había ordenado, tomaron a Pablo y lo condujeron de noche a Antipátrida
32
a la mañana siguiente dejaron que los de caballería se fueran con él y ellos se volvieron al cuartel.
33
Al llegar aquéllos a Cesarea, entregaron la carta al procurador y le presentaron también a Pablo.
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Habiéndola leído, preguntó de qué provincia era y, al saber que era de Cilicia, le dijo:
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«Te oiré cuando estén también presentes tus acusadores.» Y mandó custodiarle en el pretorio de Herodes.
Capítulo 24
1
Cinco días después bajó el Sumo Sacerdote Ananías con algunos ancianos y un tal Tértulo, abogado, y presentaron ante el procurador acusación contra Pablo.
2
Citado Pablo, Tértulo dio principio a la acusación diciendo: «Gracias a ti gozamos de mucha paz y las mejoras realizadas por tu providencia en beneficio de esta nación,
3
en todo y siempre las reconocemos, excelentísimo Félix, con todo agradecimiento.
4
Pero para no molestarte más, te ruego que nos escuches un momento con tu característica clemencia.
5
Hemos encontrado esta peste de hombre que provoca altercados entre los judíos de toda la tierra y que es el jefe principal de la secta de los nazoreos.