Capítulo 23, versos 28-35
28
Queriendo averiguar el crimen de que le acusaban, le bajé a su Sanedrín.
29
Y hallé que le acusaban sobre cuestiones de su Ley, pero que no tenía ningún cargo digno de muerte o de prisión.
30
Pero habiéndome llegado el aviso de que se preparaba una celada contra este hombre, al punto te lo he mandado y he informado además a sus acusadores que formulen sus quejas contra él ante ti.»
31
Los soldados, conforme a lo que se les había ordenado, tomaron a Pablo y lo condujeron de noche a Antipátrida
32
a la mañana siguiente dejaron que los de caballería se fueran con él y ellos se volvieron al cuartel.
33
Al llegar aquéllos a Cesarea, entregaron la carta al procurador y le presentaron también a Pablo.
34
Habiéndola leído, preguntó de qué provincia era y, al saber que era de Cilicia, le dijo:
35
«Te oiré cuando estén también presentes tus acusadores.» Y mandó custodiarle en el pretorio de Herodes.