Capítulo 23, versos 2-9
2
Pero el Sumo Sacerdote Ananías mandó a los que le asistían que le golpeasen en la boca.
3
Entonces Pablo le dijo: «¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Tú te sientas para juzgarme conforme la Ley y mandas, violando la Ley, que me golpeen?»
4
Pero los que estaban a su lado le dijeron: «¿Insultas al Sumo Sacerdote de Dios?»
5
Pablo contestó: «No sabía, hermanos, que fuera el Sumo Sacerdote
6
Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, gritó en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos
7
Al decir él esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos y la asamblea se dividió.
8
Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu
9
Se levantó, pues, un gran griterío. Se pusieron en pie algunos escribas del partido de los fariseos y se oponían diciendo: «Nosotros no hallamos nada malo en este hombre. ¿Y si acaso le habló algún espíritu o un ángel?»