Hechos de los Apóstoles

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[...]   Entonces todos los demás se animaron y tomaron también alimento.   [...]

Hechos de los Apóstoles: capítulo 27, verso 36

Capítulo 24, versos 17-27

17 «Al cabo de muchos años he venido a traer limosnas a los de mi nación y a presentar ofrendas.
18 Y me encontraron realizando estas ofrendas en el Templo después de haberme purificado, y no entre tumulto de gente.
19 Y fueron algunos judíos de Asia... - que son los que debieran presentarse ante ti y acusarme si es que tienen algo contra mí
20 o si no, que digan estos mismos qué crimen hallaron en mí cuando comparecí ante el Sanedrín,
21 a no ser este solo grito que yo lancé estando en medio de ellos: "Yo soy juzgado hoy por vosotros a causa de la resurrección de los muertos.»
22 Félix, que estaba bien informado en lo referente al Camino, les dio largas diciendo: «Cuando baje el tribuno Lisias decidiré vuestro asunto.»
23 Y ordenó al centurión que custodiase a Pablo, que le dejase tener alguna libertad y que no impidiese a ninguno de los suyos el asistirle.
24 Después de unos días vino Félix con su esposa Drusila, que era judía
25 Y al hablarle Pablo de la justicia, del dominio propio y del juicio futuro, Félix, aterrorizado, le interrumpió: «Por ahora puedes marcharte
26 Esperaba al mismo tiempo Félix que Pablo le diese dinero
27 Pasados dos años Félix recibió como sucesor a Porcio Festo