Capítulo 26, versos 21-27
21
Por esto los judíos, habiéndome prendido en el Templo, intentaban darme muerte.
22
Con el auxilio de Dios hasta el presente me he mantenido firme dando testimonio a pequeños y grandes sin decir cosa que esté fuera de lo que los profetas y el mismo Moisés dijeron que había de suceder:
23
que el Cristo había de padecer y que, después de resucitar el primero de entre los muertos, anunciaría la luz al pueblo y a los gentiles.»
24
Mientras estaba él diciendo esto en su defensa, Festo le interrumpió gritándole: «Estás loco, Pablo
25
Pablo contestó: «No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo cosas verdaderas y sensatas.
26
Bien enterado está de estas cosas el rey, ante quien hablo con confianza
27
¿Crees, rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees.»