Capítulo 26, versos 8-11
8
¿Por qué tenéis vosotros por increíble que Dios resucite a los muertos?
9
«Yo, pues, me había creído obligado a combatir con todos los medios el nombre de Jesús, el Nazoreo.
10
Así lo hice en Jerusalén y, con poderes recibidos de los sumos sacerdotes, yo mismo encerré a muchos santos en las cárceles
11
Frecuentemente recorría todas las sinagogas y a fuerza de castigos les obligaba a blasfemar y, rebosando furor contra ellos, los perseguía hasta en las ciudades extranjeras.