Hechos de los Apóstoles

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[...]   Al día siguiente se les presentó mientras estaban peleándose y trataba de ponerles en paz diciendo: "Amigos, que sois hermanos, ¿por qué os maltratáis uno a otro?"   [...]

Hechos de los Apóstoles: capítulo 7, verso 26

Capítulo 26, versos 8-23

8 ¿Por qué tenéis vosotros por increíble que Dios resucite a los muertos?
9 «Yo, pues, me había creído obligado a combatir con todos los medios el nombre de Jesús, el Nazoreo.
10 Así lo hice en Jerusalén y, con poderes recibidos de los sumos sacerdotes, yo mismo encerré a muchos santos en las cárceles
11 Frecuentemente recorría todas las sinagogas y a fuerza de castigos les obligaba a blasfemar y, rebosando furor contra ellos, los perseguía hasta en las ciudades extranjeras.
12 «En este empeño iba hacia Damasco con plenos poderes y comisión de los sumos sacerdotes
13 y al medio día, yendo de camino vi, oh rey, una luz venida del cielo, más resplandeciente que el sol, que me envolvió a mí y a mis compañeros en su resplandor.
14 Caímos todos a tierra y yo oí una voz que me decía en lengua hebrea: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues? Te es duro dar coces contra el aguijón."
15 Yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y me dijo el Señor: "Yo soy Jesús a quien tú persigues.
16 Pero levántate, y ponte en pie
17 Yo te libraré de tu pueblo y de los gentiles, a los cuales yo te envío,
18 para que les abras los ojos
19 «Así pues, rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial,
20 sino que primero a los habitantes de Damasco, después a los de Jerusalén y por todo el país de Judea y también a los gentiles he predicado que se convirtieran y que se volvieran a Dios haciendo obras dignas de conversión.
21 Por esto los judíos, habiéndome prendido en el Templo, intentaban darme muerte.
22 Con el auxilio de Dios hasta el presente me he mantenido firme dando testimonio a pequeños y grandes sin decir cosa que esté fuera de lo que los profetas y el mismo Moisés dijeron que había de suceder:
23 que el Cristo había de padecer y que, después de resucitar el primero de entre los muertos, anunciaría la luz al pueblo y a los gentiles.»