Capítulo 27, versos 22-31
22
Pero ahora os recomiendo que tengáis buen ánimo
23
Pues esta noche se me ha presentado un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien doy culto,
24
y me ha dicho: "No temas, Pablo
25
Por tanto, amigos, ¡ánimo! Yo tengo fe en Dios de que sucederá tal como se me ha dicho.
26
Iremos a dar en alguna isla.»
27
Era ya la décima cuarta noche que íbamos a la deriva por el Adriático, cuando hacia la media noche presintieron los marineros la proximidad de tierra.
28
Sondearon y hallaron veinte brazas
29
Temerosos de que fuésemos a chocar contra algunos escollos, echaron cuatro anclas desde la popa y esperaban ansiosamente que se hiciese de día.
30
Los marineros intentaban escapar de la nave, y estaban ya arriando el bote con el pretexto de echar los cables de las anclas de proa.
31
Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: «Si no se quedan éstos en la nave, vosotros no os podréis salvar.»