Capítulo 27, versos 32-43
32
Entonces los soldados cortaron las amarras del bote y lo dejaron caer.
33
Mientras esperaban que se hiciera de día, Pablo aconsejaba a todos que tomasen alimento diciendo: «Hace ya catorce días que, en continua expectación, estáis en ayunas, sin haber comido nada.
34
Por eso os aconsejo que toméis alimento, pues os conviene para vuestra propia salvación
35
Diciendo esto, tomó pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, lo partió y se puso a comer.
36
Entonces todos los demás se animaron y tomaron también alimento.
37
Estábamos en total en la nave 276 personas.
38
Una vez satisfechos, aligeraron la nave arrojando el trigo al mar.
39
Cuando vino el día, los marineros no reconocían la tierra
40
Soltaron las anclas que dejaron caer al mar
41
Pero tropezaron contra un lugar con mar por ambos lados, y encallaron allí la nave
42
Los soldados entonces resolvieron matar a los presos, no fuera que alguno se escapase a nado
43
pero el centurión, que quería salvar a Pablo, se opuso a su designio y dio orden de que los que supieran nadar se arrojasen los primeros al agua y ganasen la orilla