Capítulo 2, versos 14-22
14
Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras:
15
No están éstos borrachos, como vosotros suponéis, pues es la hora tercia del día,
16
sino que es lo que dijo el profeta:
17
Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas
18
Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu.
19
Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra.
20
El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que llegue el Día grande del Señor.
21
Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
22
«Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreo, hombre acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis,