Capítulo 3, versos 2-6
2
Había un hombre, tullido desde su nacimiento, al que llevaban y ponían todos los días junto a la puerta del Templo llamada Hermosa para que pidiera limosna a los que entraban en el Templo.
3
Este, al ver a Pedro y a Juan que iban a entrar en el Templo, les pidió una limosna.
4
Pedro fijó en él la mirada juntamente con Juan, y le dijo: «Míranos.»
5
El les miraba con fijeza esperando recibir algo de ellos.
6
Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro