Capítulo 4, versos 9-17
9
puesto que con motivo de la obra realizada en un enfermo somos hoy interrogados por quién ha sido éste curado,
10
sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo, el Nazoreo, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos
11
El es la piedra que vosotros, los constructores, habéis despreciado y que se ha convertido en piedra angular.
12
Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos.»
13
Viendo la valentía de Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin instrucción ni cultura, estaban maravillados. Reconocían, por una parte, que habían estado con Jesús
14
y al mismo tiempo veían de pie, junto a ellos, al hombre que había sido curado
15
Les mandaron salir fuera del Sanedrín y deliberaban entre ellos.
16
Decían: «¿Qué haremos con estos hombres? Es evidente para todos los habitantes de Jerusalén, que ellos han realizado una señal manifiesta, y no podemos negarlo.
17
Pero a fin de que esto no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen ya más a nadie en este nombre.»