Capítulo 9, verso 33 - Capítulo 10, verso 6
33
Encontró allí a un hombre llamado Eneas, tendido en una camilla desde hacía ocho años, pues estaba paralítico.
34
Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te cura
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Todos los habitantes de Lida y Sarón le vieron, y se convirtieron al Señor.
36
Había en Joppe una discípula llamada Tabitá, que quiere decir Dorcás. Era rica en buenas obras y en limosnas que hacía.
37
Por aquellos días enfermó y murió. La lavaron y la pusieron en la estancia superior.
38
Lida está cerca de Joppe, y los discípulos, al enterarse que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres con este ruego: «No tardes en venir a nosotros.»
39
Pedro partió inmediatamente con ellos. Así que llegó le hicieron subir a la estancia superior y se le presentaron todas las viudas llorando y mostrando las túnicas y los mantos que Dorcás hacía mientras estuvo con ellas.
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Pedro hizo salir a todos, se puso de rodillas y oró
41
Pedro le dio la mano y la levantó. Llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva.
42
Esto se supo por todo Joppe y muchos creyeron en el Señor.
43
Pedro permaneció en Joppe bastante tiempo en casa de un tal Simón, curtidor.
Capítulo 10
1
Había en Cesarea un hombre, llamado Cornelio, centurión de la cohorte Itálica,
2
piadoso y temeroso de Dios, como toda su familia, daba muchas limosnas al pueblo y continuamente oraba a Dios.
3
Vio claramente en visión, hacia la hora nona del día, que el Ángel de Dios entraba en su casa y le decía: «Cornelio.»
4
El le miró fijamente y lleno de espanto dijo: «¿Qué pasa, señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios.
5
Ahora envía hombres a Joppe y haz venir a un tal Simón, a quien llaman Pedro.
6
Este se hospeda en casa de un tal Simón, curtidor, que tiene la casa junto al mar.»