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A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios.
Con otras muchas palabras les conjuraba y les exhortaba: «Salvaos de esta generación perversa.»
El temor se apoderaba de todos, pues los apóstoles realizaban muchos prodigios y señales.
Sin embargo, muchos de los que oyeron la Palabra creyeron
Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales y prodigios en el pueblo... Y solían estar todos con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón,
pues de muchos posesos salían los espíritus inmundos dando grandes voces, y muchos paralíticos y cojos quedaron curados.
Le prestaban atención porque les había tenido atónitos por mucho tiempo con sus artes mágicas.
Ellos, después de haber dado testimonio y haber predicado la Palabra del Señor, se volvieron a Jerusalén evangelizando muchos pueblos samaritanos.
Respondió Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén
Esto se supo por todo Joppe y muchos creyeron en el Señor.
piadoso y temeroso de Dios, como toda su familia, daba muchas limosnas al pueblo y continuamente oraba a Dios.
Y conversando con él entró y encontró a muchos reunidos.
y en cuanto le encontró, le llevó a Antioquía. Estuvieron juntos durante un año entero en la Iglesia y adoctrinaron a una gran muchedumbre. En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de «cristianos».
Consciente de su situación, marchó a casa de María, madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde se hallaban muchos reunidos en oración.
El se apareció durante muchos días a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo.
Disuelta la reunión, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé
confortando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a perseverar en la fe y diciéndoles: «Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios.»
Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía enseñando y anunciando, en compañía de otros muchos, la Buena Nueva, la palabra del Señor.
Sucedió que al ir nosotros al lugar de oración, nos vino al encuentro una muchacha esclava poseída de un espíritu adivino, que pronunciando oráculos producía mucho dinero a sus amos.
Venía haciendo esto durante muchos días. Cansado Pablo, se volvió y dijo al espíritu: «En nombre de Jesucristo te mando que salgas de ella.» Y en el mismo instante salió.
Después de haberles dado muchos azotes, los echaron a la cárcel y mandaron al carcelero que los guardase con todo cuidado.
Creyeron, pues, muchos de ellos y, entre los griegos, mujeres distinguidas y no pocos hombres.
Muchos de los que habían creído venían a confesar y declarar sus prácticas.
pero estáis viendo y oyendo decir que no solamente en Éfeso, sino en casi toda el Asia, ese Pablo persuade y aparta a mucha gente, diciendo que no son dioses los que se fabrican con las manos.
Trajeron al muchacho vivo y se consolaron no poco.
¿Qué hacer, pues? Porque va a reunirse la muchedumbre al enterarse de tu venida.
El tribuno despidió al muchacho dándole esta recomendación: «No digas a nadie que me has denunciado estas cosas.»
Citado Pablo, Tértulo dio principio a la acusación diciendo: «Gracias a ti gozamos de mucha paz y las mejoras realizadas por tu providencia en beneficio de esta nación,
Entonces el procurador concedió la palabra a Pablo y éste respondió: «Yo sé que desde hace muchos años vienes juzgando a esta nación
«Al cabo de muchos años he venido a traer limosnas a los de mi nación y a presentar ofrendas.
Así que éste se presentó le rodearon los judíos que habían bajado de Jerusalén, presentando contra él muchas y graves acusaciones, que no podían probar.
Ellos me conocen de mucho tiempo atrás y si quieren pueden testificar que yo he vivido como fariseo conforme a la secta más estricta de nuestra religión.
Así lo hice en Jerusalén y, con poderes recibidos de los sumos sacerdotes, yo mismo encerré a muchos santos en las cárceles
Y Pablo replicó: «Quiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino todos los que me escuchan hoy, llegaran a ser tales como yo soy, a excepción de estas cadenas.»
Durante muchos días la navegación fue lenta y a duras penas llegamos a la altura de Gnido. Como el viento no nos dejaba entrar en puerto, navegamos al abrigo de Creta por la parte de Salmone
Pero no mucho después se desencadenó un viento huracanado procedente de la isla, llamado Euroaquilón.
Navegando a sotavento de una isleta llamada Cauda, pudimos con mucha dificultad hacernos con el bote.
Durante muchos días no apareció el sol ni las estrellas
Peter answered her, “Tell me whether you sold the land for so much.” She said, “Yes, for so much.”
He gave him no inheritance in it, no, not so much as to set his foot on. He promised that he would give it to him for a possession, and to his seed after him, when he still had no child.
But Ananias answered, “Lord, I have heard from many about this man, how much evil he did to your saints at Jerusalem.
When there had been much discussion, Peter rose up and said to them, “Brothers, you know that a good while ago God made a choice among you, that by my mouth the nations should hear the word of the Good News, and believe.
It happened, as we were going to prayer, that a certain girl having a spirit of divination met us, who brought her masters much gain by fortune telling.
When he was called, Tertullus began to accuse him, saying, “Seeing that by you we enjoy much peace, and that excellent measures are coming to this nation,
Paul said, “I pray to God, that whether with little or with much, not only you, but also all that hear me this day, might become such as I am, except for these bonds.”
When much time had passed and the voyage was now dangerous, because the Fast had now already gone by, Paul admonished them,
and said to them, “Sirs, I perceive that the voyage will be with injury and much loss, not only of the cargo and the ship, but also of our lives.”