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A' quali Egli, dopo la sua passione, si diè a veder vivo con prove manifeste della sua risurrezione, apparendo ad essi durante quaranta giorni, e ragionando del regno di Dio.
"E avverrà, dice il Signore, ch'io negli ultimi giorni spanderò del mio Spirito su ogni carne, e i vostri figli e le vostre figlie profeteranno, e i vostri giovani avranno delle visioni, e i vostri vecchi avranno de' sogni.
con tal previsione, annunziò la risurrezione di Cristo, dicendo ch'egli non sarebbe stato lasciato nella morte, e che il suo corpo non avrebbe veduto la corruzione.
E Pietro a loro: «Pentitevi e ciascun di voi si faccia battezzare nel nome di Gesù Cristo, a remissione de' vostri peccati; poi riceverete il dono dello spirito Santo.
Ognuno era profondamente impressionato, perché molti prodigi e miracoli si facevano dagli apostoli in Gerusalemme, e si stava in gran timore.
Dio l'ha esaltato con la sua destra qual principe e salvatore, per dare ad Israele ravvedimento e remission de' peccati.
Poi ci fu il patto della circoncisione; e così Abramo, avuto Isacco, lo circoncise l'ottavo giorno; Isacco circoncise Giacobbe, e Giacobbe i dodici patriarchi.
In capo a quarant'anni, un angelo gli apparve nel deserto del monte Sion, nella fiamma d'un roveto ardente.
E Mosé, veduto ciò, si stupì di quella visione; e come si accostava per considerar la cosa, si fece udire questa voce del Signore:
e poi che l'ebbero ricevuto, i padri nostri, guidati da Giosuè, lo introdussero qui, dopo la sottomissione de' popoli che Dio scacciò d'innanzi a loro sino a' giorni di David,
Or in Damasco era un certo discepolo, Anania di nome, al quale il Signore disse in visione: «Anania!». Ed egli rispose: «Eccomi, Signore!».
Egli ebbe una visione in sull'ora nona del giorno: chiaramente vide un angelo di Dio, che entrò da lui e gli disse: «Cornelio».
Or mentre Pietro stava incerto tra sé sul significato della visione avuta ecco gli uomini mandati da Cornelio, i quali, informatisi della casa di Simone, si presentarono alla porta.
E in quel che Pietro stava ripensando alla visione, lo spirito gli disse: «Ecco tre uomini che cercano di te.
Di lui testificano tutti i profeti, quando dicono che, chiunque crede in lui, riceve per il suo nome la remissione de' peccati».
E quando Pietro fu di ritorno a Gerusalemme, i convertiti dalla circoncisione cominciarono a quistionar con lui,
«Io ero nella città di Joppe, e stavo pregando, allorchè, rapito in estasi, ebbi una visione: vidi un oggetto simile a un gran lenzuolo, che, tenuto per le quattro estremità, scendeva giù dal cielo e veniva fino a me;
E Barnaba e Saulo, compiuta la loro missione, tornarono da Gerusalemme ad Antiochia in compagnia di Giovanni, soprannominato Marco.
e, presso a compiere la missione della sua vita, Giovanni diceva: - Chi credete io sia? Non son io quello; ma, ecco, vien dopo di me uno, del quale io non son degno di sciogliere dai piedi i calzari. -
Essi dunque, fatti accompagnare dalla chiesa, traversarono la Fenicia e la Samaria, narrando la conversione de' Gentili cagionando grande allegrezza a tutti i fratelli.
Passando così di città in città, si raccomandava a tutti d'osservar le decisioni prese dagli apostoli e dagli anziani di Gerusalemme.
E una notte Paolo ebbe questa visione: un uomo della Macedonia gli apparve, supplicandolo e dicendo: «Passa in Macedonia, e soccorrici».
E com'egli ebbe avuta questa visione, cercammo subito di partire per la Macedonia, tenendo per certo che il Signore ci avesse chiamati là ad annunziar l'Evangelo.
E il Signore, di notte in visione, disse a Paolo: «Non temere, ma parla e non tacere;
Con grande franchezza egli cominciò a parlare nella sinagoga; e Aquila e Priscilla, dopo averlo udito, lo presero con loro e gli esposero con maggior precisione la dottrina del Signore.
La città fu ripiena di confusione, e tutti d'accordo fecero impeto nel teatro, trascinandovi Gaio e Aristarco, macedoni, compagni di Paolo.
Là, poi, chi gridava una cosa, chi un'altra. Era tutto una confusione, e i più non sapevano neppure il perché di quella radunanza.
Mentre a tale scopo mi recavo a Damasco con potere e per commissione de' capi dei sacerdoti,
ad aprir loro gli occhi, che si convertano dalle tenebre alla luce e dalla potestà di Satana a Dio, e ottengano, per la fede in me, la remissione de' peccati e l'eredità tra i santi.-
Perciò, o re Agrippa, io non fui disubbidiente alla celeste visione;
A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios.
Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados
vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno.
Pero el Angel del Señor, por la noche, abrió las puertas de la prisión, les sacó y les dijo:
Cuando llegaron allí los alguaciles, no los encontraron en la prisión
Se presentó entonces uno que les dijo: «Mirad, los hombres que pusisteis en prisión están en el Templo y enseñan al pueblo.»
A éste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados.
Le dio, además, la alianza de la circuncisión
Moisés se maravilló al ver la visión, y al acercarse a mirarla, se dejó oír la voz del Señor:
Bien vista tengo la opresión de mi pueblo que está en Egipto y he oído sus gemidos y he bajado a librarles. Y ahora ven, que te enviaré a Egipto."
Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: «Ananías.» El respondió: «Aquí estoy, Señor.»
Al cabo de bastante tiempo los judíos tomaron la decisión de matarle.
Vio claramente en visión, hacia la hora nona del día, que el Ángel de Dios entraba en su casa y le decía: «Cornelio.»
Estaba Pedro perplejo pensando qué podría significar la visión que había visto, cuando los hombres enviados por Cornelio, después de preguntar por la casa de Simón, se presentaron en la puerta
Estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu: «Ahí tienes unos hombres que te buscan.
así que cuando Pedro subió a Jerusalén, los de la circuncisión se lo reprochaban,
«Estaba yo en oración en la ciudad de Joppe y en éxtasis vi una visión: una cosa así como un lienzo, atado por las cuatro puntas, que bajaba del cielo y llegó hasta mí.
Al oír esto se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: «Así pues, también a los gentiles les ha dado Dios la conversión que lleva a la vida.»
Y salió siguiéndole. No acababa de darse cuenta de que era verdad cuanto hacía el ángel, sino que se figuraba ver una visión.
El les hizo señas con la mano para que callasen y les contó cómo el Señor le había sacado de la prisión. Y añadió: «Comunicad esto a Santiago y a los hermanos.» Salió y marchó a otro lugar.
Entonces, viendo lo ocurrido, el procónsul creyó, impresionado por la doctrina del Señor.
Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel.
Se produjo con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo y Bernabé contra ellos
Ellos, pues, enviados por la Iglesia, atravesaron Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles y produciendo gran alegría en todos los hermanos.
Después de una larga discusión, Pedro se levantó y les dijo: «Hermanos, vosotros sabéis que ya desde los primeros días me eligió Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la Palabra de la Buena Nueva y creyeran.
Conforme iban pasando por las ciudades, les iban entregando, para que las observasen, las decisiones tomadas por los apóstoles y presbíteros en Jerusalén.
Por la noche Pablo tuvo una visión: Un macedonio estaba de pie suplicándole: «Pasa a Macedonia y ayúdanos.»
En cuanto tuvo la visión, inmediatamente intentamos pasar a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para evangelizarles.
El Señor dijo a Pablo durante la noche en una visión: «No tengas miedo, sigue hablando y no calles
Pero como se trata de discusiones sobre palabras y nombres y cosas de vuestra Ley, allá vosotros. Yo no quiero ser juez en estos asuntos.»
Pablo añadió: «Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, o sea en Jesús.»
Después de estos sucesos, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén pasando por Macedonia y Acaya. Y decía: «Después de estar allí he de visitar también Roma.»
Y esto no solamente trae el peligro de que nuestra profesión caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Artemisa sea tenido en nada y venga a ser despojada de su grandeza aquella a quien adora toda el Asia y toda la tierra.»
La ciudad se llenó de confusión. Todos a una se precipitaron en el teatro arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de viaje de Pablo.
Unos gritaban una cosa y otros otra. Había gran confusión en la asamblea y la mayoría no sabía por qué se habían reunido.
solamente sé que en cada ciudad el Espíritu Santo me testifica que me aguardan prisiones y tribulaciones.
En cuanto a los gentiles que han abrazado la fe, ya les escribimos nosotros nuestra decisión: Abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de animal estrangulado y de la impureza.»
Y hallé que le acusaban sobre cuestiones de su Ley, pero que no tenía ningún cargo digno de muerte o de prisión.
Como pasaran allí bastantes días, Festo expuso al rey el caso de Pablo: «Hay aquí un hombre, le dijo, que Félix dejó prisionero.
solamente tenían contra él unas discusiones sobre su propia religión y sobre un tal Jesús, ya muerto, de quien Pablo afirma que vive.
Pero como Pablo interpuso apelación de que su caso se reservase a la decisión del Augusto, mandé que se le custodiara hasta remitirle al César.»
«En este empeño iba hacia Damasco con plenos poderes y comisión de los sumos sacerdotes
«Así pues, rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial,
sino que primero a los habitantes de Damasco, después a los de Jerusalén y por todo el país de Judea y también a los gentiles he predicado que se convirtieran y que se volvieran a Dios haciendo obras dignas de conversión.
y mientras se retiraban iban diciéndose unos a otros: «Este hombre no ha hecho nada digno de muerte o de prisión.»
Cuando se decidió que nos embarcásemos rumbo a Italia, fueron confiados Pablo y algunos otros prisioneros a un centurión de la cohorte Augusta, llamado Julio.
Pierre, voyant cela, dit au peuple : Hommes Israélites, pourquoi vous étonnez-vous de cela ? Pourquoi avez-vous les regards fixés sur nous, comme si c’était par notre propre puissance ou par notre piété que nous eussions fait marcher cet homme ?
puisque nous sommes interrogés aujourd’hui sur un bienfait accordé à un homme malade, afin que nous disions comment il a été guéri,
Les douze convoquèrent la multitude des disciples, et dirent : Il n’est pas convenable que nous laissions la parole de Dieu pour servir aux tables.
il ne lui donna aucune propriété en ce pays, pas même de quoi poser le pied, mais il promit de lui en donner la possession, et à sa postérité après lui, quoiqu’il n’eût point d’enfant.
Puis Dieu donna à Abraham l’alliance de la circoncision
Or, il y avait à Damas un disciple nommé Ananias. Le Seigneur lui dit dans une vision : Ananias ! Il répondit : Me voici, Seigneur !
Car il prie, et il a vu en vision un homme du nom d’Ananias, qui entrait, et qui lui imposait les mains, afin qu’il recouvrât la vue. Ananias répondit :
Vers la neuvième heure du jour, il vit clairement dans une vision un ange de Dieu qui entra chez lui, et qui lui dit : Corneille !
Tandis que Pierre ne savait en lui-même que penser du sens de la vision qu’il avait eue, voici, les hommes envoyés par Corneille, s’étant informés de la maison de Simon, se présentèrent à la porte,
Et comme Pierre était à réfléchir sur la vision, l’Esprit lui dit : Voici, trois hommes te demandent
Il dit : J’étais dans la ville de Joppé, et, pendant que je priais, je tombai en extase et j’eus une vision : un objet, semblable à une grande nappe attachée par les quatre coins, descendait du ciel et vint jusqu’à moi.
Ceux qui avaient été dispersés par la persécution survenue à l’occasion d’Étienne allèrent jusqu’en Phénicie, dans l’île de Chypre, et à Antioche, annonçant la parole seulement aux Juifs.
Pierre sortit, et le suivit, ne sachant pas que ce qui se faisait par l’ange fût réel, et s’imaginant avoir une vision.
Paul et Barnabas eurent avec eux un débat et une vive discussion
Après avoir été accompagnés par l’Église, ils poursuivirent leur route à travers la Phénicie et la Samarie, racontant la conversion des païens, et ils causèrent une grande joie à tous les frères.
Une grande discussion s’étant engagée, Pierre se leva, et leur dit : Hommes frères, vous savez que dès longtemps Dieu a fait un choix parmi vous, afin que, par ma bouche, les païens entendissent la parole de l’Évangile et qu’ils crussent.
En passant par les villes, ils recommandaient aux frères d’observer les décisions des apôtres et des anciens de Jérusalem.
Pendant la nuit, Paul eut une vision : un Macédonien lui apparut, et lui fit cette prière : Passe en Macédoine, secours-nous !
Après cette vision de Paul, nous cherchâmes aussitôt à nous rendre en Macédoine, concluant que le Seigneur nous appelait à y annoncer la bonne nouvelle.
Le jour du sabbat, nous nous rendîmes, hors de la porte, vers une rivière, où nous pensions que se trouvait un lieu de prière. Nous nous assîmes, et nous parlâmes aux femmes qui étaient réunies.
Le Seigneur dit à Paul en vision pendant la nuit : Ne crains point
mais, s’il s’agit de discussions sur une parole, sur des noms, et sur votre loi, cela vous regarde : je ne veux pas être juge de ces choses.
Toute la ville fut dans la confusion. Ils se précipitèrent tous ensemble au théâtre, entraînant avec eux Gaïus et Aristarque, Macédoniens, compagnons de voyage de Paul.
Comme ils cherchaient à le tuer, le bruit vint au tribun de la cohorte que tout Jérusalem était en confusion.
Quand il eut dit cela, il s’éleva une discussion entre les pharisiens et les sadducéens, et l’assemblée se divisa.
Nous avons trouvé cet homme, qui est une peste, qui excite des divisions parmi tous les Juifs du monde, qui est chef de la secte des Nazaréens,
ils avaient avec lui des discussions relatives à leur religion particulière, et à un certain Jésus qui est mort, et que Paul affirmait être vivant.
car tu connais parfaitement leurs coutumes et leurs discussions. Je te prie donc de m’écouter avec patience.
C’est dans ce but que je me rendis à Damas, avec l’autorisation et la permission des principaux sacrificateurs.
En conséquence, roi Agrippa, je n’ai point résisté à la vision céleste :
à ceux de Damas d’abord, puis à Jérusalem, dans toute la Judée, et chez les païens, j’ai prêché la repentance et la conversion à Dieu, avec la pratique d’œuvres dignes de la repentance.
‘It will be in the last days, says God, that I will pour out my Spirit on all flesh. Your sons and your daughters will prophesy. Your young men will see visions. Your old men will dream dreams.
They sold their possessions and goods, and distributed them to all, according as anyone had need.
But a certain man named Ananias, with Sapphira, his wife, sold a possession,
God exalted him with his right hand to be a Prince and a Savior, to give repentance to Israel, and remission of sins.
He gave him no inheritance in it, no, not so much as to set his foot on. He promised that he would give it to him for a possession, and to his seed after him, when he still had no child.
He gave him the covenant of circumcision. So Abraham became the father of Isaac, and circumcised him the eighth day. Isaac became the father of Jacob, and Jacob became the father of the twelve patriarchs.
which also our fathers, in their turn, brought in with Joshua when they entered into the possession of the nations, whom God drove out before the face of our fathers, to the days of David,
Now there was a certain disciple at Damascus named Ananias. The Lord said to him in a vision, “Ananias!” He said, “Behold, it’s me, Lord.”
and in a vision he has seen a man named Ananias coming in, and laying his hands on him, that he might receive his sight.”
At about the ninth hour of the day, he clearly saw in a vision an angel of God coming to him, and saying to him, “Cornelius!”
Now while Peter was very perplexed in himself what the vision which he had seen might mean, behold, the men who were sent by Cornelius, having made inquiry for Simon’s house, stood before the gate,
While Peter was pondering the vision, the Spirit said to him, “Behold, three men seek you.
All the prophets testify about him, that through his name everyone who believes in him will receive remission of sins.”
They of the circumcision who believed were amazed, as many as came with Peter, because the gift of the Holy Spirit was also poured out on the Gentiles.
When Peter had come up to Jerusalem, those who were of the circumcision contended with him,
“I was in the city of Joppa praying, and in a trance I saw a vision: a certain container descending, like it was a great sheet let down from heaven by four corners. It came as far as me.
They therefore who were scattered abroad by the oppression that arose about Stephen traveled as far as Phoenicia, Cyprus, and Antioch, speaking the word to no one except to Jews only.
And he went out and followed him. He didn’t know that what was being done by the angel was real, but thought he saw a vision.
Be it known to you therefore, brothers, that through this man is proclaimed to you remission of sins,
“Men, why are you doing these things? We also are men of like passions with you, and bring you good news, that you should turn from these vain things to the living God, who made the sky and the earth and the sea, and all that is in them
Therefore when Paul and Barnabas had no small discord and discussion with them, they appointed Paul and Barnabas, and some others of them, to go up to Jerusalem to the apostles and elders about this question.
They, being sent on their way by the assembly, passed through both Phoenicia and Samaria, declaring the conversion of the Gentiles. They caused great joy to all the brothers.
When there had been much discussion, Peter rose up and said to them, “Brothers, you know that a good while ago God made a choice among you, that by my mouth the nations should hear the word of the Good News, and believe.
A vision appeared to Paul in the night. There was a man of Macedonia standing, begging him, and saying, “Come over into Macedonia and help us.”
When he had seen the vision, immediately we sought to go out to Macedonia, concluding that the Lord had called us to preach the Good News to them.
The Lord said to Paul in the night by a vision, “Don’t be afraid, but speak and don’t be silent
The whole city was filled with confusion, and they rushed with one accord into the theater, having seized Gaius and Aristarchus, men of Macedonia, Paul’s companions in travel.
Some therefore cried one thing, and some another, for the assembly was in confusion. Most of them didn’t know why they had come together.
But concerning the Gentiles who believe, we have written our decision that they should observe no such thing, except that they should keep themselves from food offered to idols, from blood, from strangled things, and from sexual immorality.”
When he had given him permission, Paul, standing on the stairs, beckoned with his hand to the people. When there was a great silence, he spoke to them in the Hebrew language, saying,
But when Paul had appealed to be kept for the decision of the emperor, I commanded him to be kept until I could send him to Caesar.”
“Whereupon as I traveled to Damascus with the authority and commission from the chief priests,
to open their eyes, that they may turn from darkness to light and from the power of Satan to God, that they may receive remission of sins and an inheritance among those who are sanctified by faith in me.’
“Therefore, King Agrippa, I was not disobedient to the heavenly vision,
Agrippa said to Paul, “With a little persuasion are you trying to make me a Christian?”
The next day, we touched at Sidon. Julius treated Paul kindly, and gave him permission to go to his friends and refresh himself.
E, quando Silas e Timóteo desceram da Macedônia, foi Paulo impulsionado no espírito, testificando aos judeus que Jesus era o Cristo.